lunes, 21 de mayo de 2018

LAS MIRADAS NO MIENTEN...

El reciente acontecimiento de la boda Real entre el príncipe Harry y Megan me han hecho recordar una parte que tengo grabada para siempre en mi memoria y mi corazón. Y vaya que Megan de manera literal encontró a su príncipe. Y es que a todas las mujeres en determinado momento nos toca conocer a nuestro príncipe y no necesariamente de la realeza o con sangre azul; sino ese príncipe que nos ha sacado mas suspiros que cualquier otro, el que ha aparecido en nuestros sueños incontable veces, el que nos ha hecho sonreír hasta por cualquier tontera, el que ha acelerado nuestro ritmo cardíaco como ningún otro, al que jamás dejaremos de ver guapo aún con el pasar del tiempo, el que provocará que una mirada lo diga todo; si, una mirada puede decir mucho, una mirada puede decir lo que nuestros labios no pueden pronunciar, y es que a eso me refiero con este circular de fotos entre Harry y Megan, hay una en especial que capturó mi atención por el hecho de como ella lo mira, su mirada de complicidad. Y eso me recuerda a una pequeña pero importante parte de mi vida, la cual atesoro en mi memoria. Fue el día que conocí a la reina, a la madre de aquel príncipe de mi corazón que vive en mi memoria;  recuerdo que ese día yo estaba muy nerviosa porque estaría frente a la mujer mas importante para él, llegó el momento de conocerla y me ganó de entrada con su hermosa sonrisa, y solo pensé "vaya, ahora entiendo de donde él la heredó", su simpatía hicieron que mi nerviosismo disminuyera y me relajara; después de mostrarme fotografías de él siendo bebé y entre pláticas ella me dijo: "lo único que quiero saber y que me diga es que ama a mi hijo"...en ese instante la miré a ella y luego gire mi cara para verlo a él, le sonreí  y él me tomo de su mano, nos tomamos de la mano, juro que se me hizo un nudo en la garganta porque quería decirle todo lo que mi corazón sentía, me llené de emoción y mis ojos se "aguaron" porque quería decirle lo mucho que amaba a su hijo. Estaba a punto de pronunciar unas palabras cuando ella me dijo: "sabe, no es necesario que me lo diga, la mirada que acaba de hacerle a mi hijo me lo ha dicho todo. Gracias por amar a mi hijo, porque él se lo merece".
Esa parte ha quedado grabada tanto en mi memoría y es que es verdad! una mirada puede delatarnos, ese brillo de nuestros ojos cuando vemos a esa persona que queremos. Y es que hay miradas que lo dicen todo. Las miradas sinceras, las que vienen del alma no mienten.

Lorena Mejía.