lunes, 22 de enero de 2018

LA INVITACIÓN

No me interesa saber cómo te ganas la vida. Quiero saber lo que ansías, y si te atreves a soñar con lo que tu corazón anhela.
No me interesa tu edad. Quiero saber si te arriesgarías a parecer como un tonto por amor, por tus sueños, por la aventura de estar vivo.
No me interesa qué planetas están en cuadratura con tu luna. Quiero saber si has tocado el centro de tu propia tristeza.
Si las traiciones de la vida te han abierto, o si te has marchitado y cerrado por el miedo a más dolor. Quiero saber si puedes sentarte con el dolor, el mío o el tuyo, sin intentar esconderlo, desvanecerlo o remediarlo.
Quiero saber si puedes experimentar con plenitud la alegría, la mía o la tuya, si puedes bailar con locura y permitir que el éxtasis te llene hasta la punta de los dedos de las manos y los pies sin que tu prudencia nos advierta que seamos cuidadosos, que seamos realistas, o que recordemos las limitaciones como seres humanos.
No me interesa saber si lo que me cuentas es cierto. Quiero saber si puedes decepcionar a otros para serte fiel a ti mismo, si puedes soportar la acusación de traición y no traicionar a tu propia alma.
Quiero saber si puedes ser fiel, y por lo tanto digno de confianza.
Quiero saber si puedes ver la belleza, aún cuando no sea bella todos los días, y si puedes nutrir tu vida de su presencia.
Quiero saber si puedes vivir con el fracaso, el tuyo o el mío, y no obstante pararte a la orilla del lago y gritarle a la luna “¡Sí!”
No me interesa saber dónde vives ni cuánto dinero tienes. Quiero saber si puedes levantarte después de una noche de aflicción y desesperación, cansado y magullado hasta los huesos, y hacer lo que sea necesario por los niños.
No me interesa saber a quién conoces o cómo llegaste hasta aquí. Quiero saber si te quedarás en el centro del fuego conmigo sin rehuir.
No me interesa dónde ni qué ni con quién has estudiado. Quiero saber qué es lo que te sostiene, desde el interior, cuando todo lo demás se derrumba.
Quiero saber si puedes estar solo contigo mismo, y si verdaderamente aprecias la compañía que tienes en los momentos vacíos.

Mountain Dreamer

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