martes, 7 de noviembre de 2017

TENER UN HIJO PARA SALVAR EL MATRIMONIO.

Por: Mario Casale
Es un pensamiento recurrente para muchas parejas que no atraviesan una buena relación sentimental. Sin embargo, pensar que un niño puede salvar un vínculo que está quebrado es un error que se pagará muy caro en el futuro...
Muchas parejas que no se deciden a terminar con la relación, creen que la llegada de un hijo puede hacer que ésta remonte y vuelva a florecer mágicamente.
Sin embargo, cuando un vínculo está roto, nada peor que utilizar la llegada de un niño para intentar restablecer un matrimonio.



 
La llegada de un hijo no desvanece milagrosamente las discusiones o la falta de amor entre los padres. Al contrario, pueden acentuar todas las sensaciones negativas.
“Es una idea muy frecuente sobre todo en las mujeres que no quieren separarse del marido y que han sido educadas de tal modo que el divorcio es una palabra que encierra mucho temor y vergüenza.
La concepción de un hijo lo que hace es asegurar psicológicamente para ellas un poco más la pareja, pero este pensamiento no es posible que persista en el tiempo ya que es una manera de disfrazar la realidad y que tarde o temprano se revelará por sí sola”, reflexiona la profesional.
Quienes se mantienen en pareja por obligación es realmente una tortura para todos. “Los bebes perciben la tensión del entorno y manifiestan su conducta según lo que vean a su alrededor.
Si solamente ven malos tratos, enojos, gritos y mucho estrés, el niño no se comportará de otra manera distinta de la que considera normal.
Una vez que el pequeño se relacione con otra gente, maestros, compañeros de colegio o demás familiares, notará el choque y comenzarán a hacerse más intensos todos los conflictos que de bebé ha ido padeciendo”, opina la psicóloga.


“Si ya no hay marcha atrás en la relación, lo más conveniente es que cada uno siga su camino sin tener que involucrar a una tercera persona inocente que sin duda será testigo de discusiones y momentos de gran tensión”, expresa Baz Alonso.

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